Estas tierras fueron durante siglos zona de frontera: la que separaba Al Ándalus de los territorios cristianos, el Reino nazarí de Granada de Castilla. También fueron antes testigo de rebeliones y pugnas entre contendientes musulmanes. No es de extrañar entonces que la arquitectura defensiva esté aquí tan presente. Castillos como los de Baena, Torreparedones, Castro del Río, o el de Pay Arias, en Espejo, fortalezas de origen islámico. O vestigios como los de la Torre de Santos, en Nueva Carteya, o el asentamiento de Cerro Boyero, en Valenzuela, que desde tiempos íberos y hasta la Edad Media continuaron siendo enclaves estratégicos para el control del territorio.
Todos ellos, sobre todo los castillos, han llegado hasta nuestros días como el resultado de una superposición de épocas y estilos. Porque la arquitectura, como la propia vida y la historia, siempre fluyen. Y así llegamos también al arte Mudéjar, presente en la comarca en lugares como la Iglesia de San Bartolomé, en Espejo; la iglesia y el convento de Madre de Dios y la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, en Baena, o el techo del Salón de Plenos de Ayuntamiento de Castro del Río.